Grosellero Rojo

Variedad RUBRUM (Campaña 2022-2023).

Arbusto de hasta 2 m. El Grosellero rojo con ramillas jóvenes rojizas. El Grosellero blanco con ramilletes blancos

Las grosellas son bayas en racimos, del tamaño de un guisante, redondas de color rojo / blanco.

La grosella se ha de cultivar a pleno sol, pero en los climas demasiado cálidos es conveniente cultivarla a semisombra.

Le van bien las temperaturas frías durante el invierno y no soporta las temperaturas elevadas en verano. Se desarrolla mejor en ambientes húmedos y es importante que la grosella roja este en un lugar reguardado del viento.

El suelo mejor si es ácido, fresco y rico en materia orgánica con una acidez del cinco o del seis. No olvidéis que ha de estar bien drenado.

Plantar la grosella a una distancia de 1 metro entre planta y planta. Si quieres hacer un pasillo deja 2 metros entre calles.

Las grosella fructifica en madera en 2 años.

El riego debe efectuarse con una cierta frecuencia de manera que el sustrato tenga siempre un buen grado de humedad. Cortar la madera muerta para favorecer la producción de grosellas de un año para otro.

La producción media por metro cuadrado es de 1 Kg. Las grosellas maduran durante el verano. Se conservan hasta 2 semanas a 2ºC.

Se reproduce por esquejes, división o mugrón.

Las grosellas rojas se pueden consumir frescas, aunque generalmente se emplean en la elaboración de productos como compotas, jaleas, mermeladas, gelatinas, cremas, batidos, tartas, helados, zumos, caldos, licores y bebidas refrescantes.

Las grosellas blancas son excelentes para jarabes, zumos y cualquier tipo de bebidas, no para consumirse frescos. Crecimiento arbustivo

Se utilizan en la industria conservera.

Sus frutos son muy ricos en azucares y en vitaminas.

Son diuréticas y combaten la gripe y otras enfermedades catarrales.

Cuando el fruto está verde, resulta astringente; cuando maduran tienen efectos laxantes.

También se le usa en cosmética para la fabricación de mascarillas.

Cultivada como árbol frutal, o bien para adornar rocallas y escarpados, para formar setos, etc.