Olivo Sevillana de Caspe

Se conoce también por otros nombres como Sevillana de Caspe, o, más técnicamente, Caspolina. La encontramos en toda la región del Somontano, siendo en muchos municipios la variedad principal, donde en la actualidad en esta zona existen alrededor de unas 1000 hectáreas cultivadas.

Concretamente, en la zona del Bajo Aragón de Caspe se encuentran gran cantidad de estos olivos, en muchas ocasiones dispersos entre las plantaciones, ya que la función principal de estas es el encurtido para ser servidas en la mesa.

El fruto posee un tamaño grande y se recoge en septiembre. Supera en tamaño al resto de las aceitunas de la zona, con una figura asimétrica, alargada, de carácter rugoso y textura fibrosa, y con un color violáceo durante el proceso de maduración. Es un fruto fuertemente apreciado para aderezos.

Sus características morfológicas le hacen destacar por su tamaño, superior al resto de los de la zona. Se reconoce de forma fácil por su asimetría. Su calidad gustativa es realmente buena.